Para la sexóloga Viviana Wapñarski, sin ninguna duda. Primero el encierro y luego la apertura a un mundo de estímulos generaron cambios notables en la sexualidad. La importancia del autocuidado y del respeto hacia la amplitud de la sexualidad en todas las etapas de la vida.
La sexóloga del Hospital de Clínicas de CABA explicó en #EntreAmigos que "la pandemia nos cayó como un hacha en distintas áreas. Y nos complicó básicamente en el área de los vínculos: demasiados dentro de casa y nada afuera. También la sexualidad cambió. Y ahora que empezó a abrirse todo empezamos de vuelta con ganas de querer conectarnos, armar relaciones, nuevos vínculos. También se viene el veranito y el deseo empezó a florecer".
"Cuando estábamos encerrados nos faltaban estímulos eróticos. Estábamos siempre viendo lo mismo, de la cama al living. Ahora empezamos a conectarnos de vuelta con la naturaleza, con los espacios al aire libre, a ver otras personas, y eso hace que se renueve el deseo", graficó.
La especialista detalló en ese sentido que "uno utiliza el exterior para enriquecer la fantasía y lo que pasa dentro de la pareja. Y cuando uno está solo, busca los estímulos por fuera. Y también los estímulos propios, esto es muy importante, cómo nos estimulamos a nosotros mismos".
Respecto a esta cuestión explicó que "gran parte de la sexualidad se enriquece por la fantasía. Tenemos un 50% de cabeza, fantasía, imaginación, y un 50% de cuerpo. No funciona uno sin el otro". Y agregó que "la sexualidad no se limita a los genitales, y cada uno puede desarrollarla según su necesidad. Es muy amplia y tiene que ver con la autoestima, con el cuidado del propio cuerpo, con los cambios".
Enfatizó especialmente que los seres humanos tenemos sexualidad durante toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos. Por eso aconsejó profundizar en la educación sexual para proteger a los niños, y en el respeto por el otro, básicamente a través del consentimiento. Y resaltó finalmente que los adultos mayores también tienen vida sexual, por lo cual recomendó dejarles siempre su espacio de intimidad.