La crisis que padece el hospital Mi Pueblo se va a extender un poco más. Las obras de ampliación de la guardia y del servicio de Maternidad recién estarán terminadas a fin de año, de acuerdo a lo informado por el propio nosocomio.

Las restricciones en el sector de las emergencias van a continuar hasta plena vigencia del proceso electoral, aunque es claro que la reapertura deberá ser un hecho antes del invierno, ya que los varelenses no van a permitir una época de bajas temperaturas con dicho déficit, en respeto a la salud que se merecen.

Tras las obras, comenzará la causa de arribo de los aparatos, equipos, muebles e insumos que se utilizarán. La tarea demandará algunas semanas.

Luego, se harán las pruebas, las cuales tampoco no se hacen en dos días. Y finalizadas las mismas, se iniciará el proceso final de reapertura, con el pomposo acto de corte de cintas de los políticos, ya en modo campaña.

De esta manera, alrededor de dos años durará la contingencia por unas obras que, en la actualidad, se desarrollan en un centro asistencial que, en reiteradas ocasiones, tiene su guardia desbordada; posee bajos salarios por la inflación; padece falta de higiene; y que no soporta las fuertes lluvias, entre sus inconvenientes más notorios.

Déficit

La inversión de 76 millones de pesos deberá verse reflejada en los resultados para menguar la situación. Cabe destacar que, tal como reconoce el propio director del hospital dependiente del gobierno provincial, Gonzalo Hernandez, sólo en Varela, la deuda de la salud pública es de 400 camas –con las mejoras, Mi Pueblo recién superaría las 200-.

De acuerdo a la política de la gobernadora María Eugenia Vidal, de no abrir nuevos hospitales –ni siquiera los hechos por el gobierno anterior-, las ampliaciones deberán hacerse en la misma manzana rodeada por las calles Montevideo, Mainini, Uruguay y Chañar.

No hay anuncios de nuevos hospitales. (Sólo el oficialismo local, enrolado en el peronismo, propuso la necesidad a cubrir con inversiones de niveles superiores de gobierno).

La necesidad de al menos un hospital más para Florencio Varela es evidente hasta para los punteros locales del macrismo-vidalismo, quienes en el marco de campañas electorales, hacían pública una campaña de juntada de firmas para la construcción de un centro asistencial, una especie de reclamo contra las propias políticas de sus líderes.

En tanto, la propuesta peronista apunta a resolver las necesidades de servicios de salud de los vecinos que necesitan del sistema público, sobre todo las de los segmentos más vulnerables de la población: los niños y los abuelos. (Diferente resultado electoral en 2015 hubiera cambiado el presente).

Atenúa el cuadro, la propia comunidad varelense: el hospital Mi Pueblo puede generar bronca en los particulares que lo padecen, pero es muy querido por los vecinos. Las campañas para su mantenimiento son permanentes.

Por ejemplo, este último fin de semana, tradicionales entidades intermedias protagonizaron un encuentro durante el cual sortearon un automóvil cero kilómetro, de una rifa, cuyas utilidades servirán para ayudar al demandadísimo centro de salud. Hasta el intendente Andrés Watson adhirió a la iniciativa, haciéndose presente en el sorteo efectuado en la sociedad de fomento de Villa San Luis.

Paciencia

La ampliación en obra, no resolverá las demoras en la atención en la guardia. Según anticiparon las autoridades del lugar, las esperas de cuatro horas que padecen muchos, se encuentran dentro de los parámetros de la Provincia.

Y no hay anuncios de solución, en un contexto en el que la inversión en políticas públicas, hoy, está condicionada por decisiones del exterior, por el Fondo Monetario Internacional.

Por ese motivo, desde el Hospital, semanas atrás, cuando la gripe hacía estragos, se calificó a los vecinos que se acercaban, con el código verde, para quienes lo hacían sin riesgo de vida. “El 98 por ciento de las quejas” es por los vecinos que no aceptan las esperas, aseguró la máxima autoridad del lugar. “Cuando hay violencia, (los casos) están dados por estos pacientes”, remató González, en declaraciones periodísticas.