El presidente de la Cámara de Empresarios Madereros y Afines (CEMA), Roberto Fontenla, una de las industrias que lucha por sobrevivir en medio del derrumbe generalizado por el aislamiento social obligatorio, alertó que en el sector "somos unas 1100 empresas que empleamos a unos 70 mil trabajadores en relación de dependencia en todo el país y la verdad es que no sabemos qué hacer para poder seguir adelante.

Estos últimos años el sector enfrentó una caída persistente de sus ventas, pero este fue un mazazo sin precedente. El freno de la actividad se está extendiendo demasiado y vemos un mayo aterrador”, afirmó Fontenla.

La fabricación de productos de madera entró en una de las últimas flexibilizaciones que se introdujeron en el régimen de aislamiento, pero las mueblerías, por ejemplo, continúan todas cerradas y lo que se vende por internet es bastante limitado. “El mueble no es un elemento que se consume sin verlo y sin palparlo. Se vende pero muy poco. Hay muchas fábricas que suspendieron su actividad y otras que directamente van camino a presentarse en convocatoria de acreedores”, señaló Fontenla.

Los empresarios les presentaron al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al gobierno bonaerense un protocolo para poder avanzar con la apertura de las mueblerías cumpliendo con las disposiciones sanitarias que hagan falta. Afirman que las mueblerías por lo general tienen poca circulación de gente y en este contexto tan crítico esa circulación va a ser incluso menor, pero piden que se las deje abrir al menos para tratar de concretar algunas ventas entre aquellos que viven cerca de los locales.

“Estamos haciendo un gran esfuerzo para no perder los puestos de trabajo. Los muebles no son fáciles de producir. Hay que tener mucha experiencia y esa experiencia se transmite a través del tiempo. Por lo tanto, perder un equipo de trabajo es algo terrible”, finalizó el presidente de CEMA.