La memoria episódica nos permite recordar eventos, acontecimientos, pero ¿cómo se forma esa memoria?, ¿cómo recordamos?, ¿pueden la ansiedad y la depresión afectarla? En esta entrevista Pablo Flores Kanter, primer egresado de la maestría en neurociencias de la UNAJ e investigador formado en Psicología y Ciencias del Comportamiento, nos cuenta sobre el impacto de la pandemia por Covid 19 en la formación de memorias episódicas y brinda respuestas a estos interrogantes.
“Hay varios tipos de memoria. Entre ellas, una que es explícita, que puede hacerse consciente. Es la denominada memoria episódica y ocurre cuando rememoramos un evento específico que se puede referenciar a un espacio y tiempo determinado”, describe Kanter, investigador Asociado en el Centro de Bioética de la Universidad Católica de Córdoba.
El trabajo denominado “La situación de pandemia por covid 19 y su impacto en la formación de memorias episódicas: diferenciación en la estructura de la red mnésica entre jóvenes y adultos mayores”, fue su tesis final de la maestría en neurociencias que se dicta en la Universidad Nacional Arturo Jauretche. El estudio se realizó dentro del Laboratorio de sueño y memoria del Instituto Tecnológico Buenos Aires bajo la dirección de Cecilia Forcato.
¿Por qué eligieron la pandemia para este estudio?
En el grupo resultaban de particular interés los datos que se venían presentando acerca del aumento de los niveles de estrés por la pandemia. Se consideraba que habían subido mucho los índices de depresión, de ansiedad, de estrés. Entonces en ese contexto, aparecieron también estudios que venían marcando esto y que los jóvenes, la población menor a 25 años, se veía afectado con esta variable de estrés. Fue entonces que esa evidencia previa nos llevó al estudio. El estrés es modulador en este proceso de memoria episódica. Es decir que puede afectar la formación y el registro de la memoria episódica. Entonces nos preguntamos: ¿los jóvenes presentan algún déficit en su formación de memorias episódicas? Esta es una de las preguntas que intentamos responder en el trabajo.
¿Cómo analizan la memoria?
Hay muchas formas de analizar esto. Se pueden utilizar técnicas de neuroimágenes. En nuestro caso, realizamos un diseño experimental. Nos encontramos dos días con los participantes. El primer día les hicimos ver un video con una situación en particular, donde se veía un docente que estaba dictando una clase y era abruptamente interrumpido por una persona externa a la comunidad educativa, generando una situación incómoda. Después de mirar el video, se les pedía que cuenten de qué se trataba con el mayor detalle posible. Nosotros registrábamos eso en un audio y a partir de ese registro, realizamos un análisis de minería de texto, que permite ver cómo están esas palabras relacionadas entre sí.
En mi trabajo utilicé particularmente el análisis de redes, que permite ver si los recuerdos que cada una de las personas expresa, es coherente, presenta fluidez, es unificado con respecto al de todo el grupo. A partir de esto, se sacan conclusiones con respecto a cómo está la memoria. El nombre de la técnica es “redes semánticas” y permite analizar cualquier tipo de datos. Comparamos a los jóvenes, que pensábamos que iban a estar particularmente afectados por la situación de pandemia, contra el grupo de adultos mayores.
El impacto lo suponíamos por los antecedentes y por los mismos análisis que habíamos hecho en los grupos, que decían que efectivamente los jóvenes mostraban mayores incrementos en los niveles de depresión y ansiedad, con relación al que mostraban los adultos mayores, comparando prepandemia y pandemia. En esa situación en la que se encontraban los jóvenes queríamos ver cómo funcionaba su memoria.
¿Y cómo se relacionó esto con los adultos mayores?
Lo que encontramos es que los adultos mayores presentaban menor conectividad y mayor modularidad en las redes tomadas de esos relatos. La modularidad refiere a si las palabras se agrupan en subcomponentes; si el recuerdo o evocación fue un recuerdo unificado o fragmentado. Idealmente uno esperaría que el recuerdo, a partir de esta técnica, se viera bien conectado, con indicadores de conectividad y fluidez altos y que sea un solo relato unificado en lugar de sub-historias. Si uno encuentra a partir de este análisis de redes que un relato es poco coherente, tiene poca fluidez, hay mucha distancia entre sus componentes o está muy fragmentado (mucha modularidad) está hablando que ese proceso de evocación no ha sido del todo eficiente. En ese caso podemos decir que hay falla en el proceso de formación de la memoria episódica. Lo que encontramos es que las personas adultas mayores de 65 años presentaban menor conectividad, mayor modularidad y mayor distancia entre sus componentes. Una evocación menos coherente que la de los jóvenes, menos fluida y unificada, contrario a lo que esperábamos.
A partir de los resultados del estudio, ¿cómo impacta entonces la depresión y la ansiedad en la memoria de los jóvenes?
Si partimos del supuesto de que efectivamente los jóvenes están más estresados que los adultos mayores, entonces lo que te pueden estar diciendo los resultados es que este tipo de análisis a partir de redes se puede usar como un detector de deterioro cognitivo, que se suele llamar biomarcador. Permite detectar el deterioro en la memoria de manera independiente a factores como el estrés. Este estudio de análisis de redes no ve se afectado por el nivel de estrés: estamos mostrando un biomarcador que te da mayor certeza de que es un deterioro por la edad y no por otra variable.
La edad es una variable que puede modular el proceso de formación de memoria. Las personas adultas, generalmente mayores 65 años, empiezan a tener un rendimiento más bajo en algunas pruebas que han intentado medir la memoria episódica. Hay un deterioro propio de la edad. Entonces nosotros lo que lo que suponíamos, por los estudios previos, era que los jóvenes iban a presentar un deterioro en la memoria teniendo en cuenta que en pandemia tenían un mayor estrés. Partimos de esa hipótesis. Pero el estudio comprobó que era una hipótesis falsa. Comparamos esos dos grupos en cuanto a la coherencia, a la fluencia, o sea, en la conectividad que tenían esas redes semánticas entre ambos y vimos que en realidad los adultos mayores presentan menor conectividad y mayor modularidad en esas redes. En función a los relatos del video que se presentó, hubo una evocación que fue menos coherente, menos fluida y unificada que la de los jóvenes. Es contrario a lo que esperábamos de los jóvenes en el contexto pandemia por el nivel de estrés.
En el análisis de redes, ¿toman como parámetro lo que reproducen los dos grupos o para cada grupo buscaban distintos aspectos?
Los indicadores que se toman en esta técnica de redes son los mismos. Se analizan la conectividad, la distancia de los componentes de la red que, en este caso, son palabras tomadas de los relatos de los mismos participantes. Se analizan también modularidades, se forman subconjuntos de nodos. Una red es un conjunto de nodos que se conectan entre sí y en este caso, los nodos son las palabras. Entonces con este tipo de análisis de redes se puede ver cómo está la relación de las palabras entre sí. A partir de esa red, puedo sacar indicadores de cuán conectadas o distantes están y si hay grupos de palabras que se subdividen. También es importante tener en cuenta que no solo el estrés puede afectar la memoria, sino también la edad es una variable que puede modular el proceso de memoria. En los antecedentes encontramos que en las personas mayores a 65 años empiezan a tener un rendimiento más bajo, hay un deterioro propio de la edad.
¿Existen otros tipos de memoria?
Las no declarativas, por ejemplo, cuando uno aprende una habilidad conductual. Son las que no evocamos conscientemente para poder desempeñarla de manera adecuada. En esta memoria no declarativa intervienen otras áreas cerebrales y tiene sus tiempos particulares para la formación, la consolidación. Pero en el caso de la memoria episódica, podemos separar dos formas en que se registra. Hay una consolidación a nivel celular, involucra a procesos moleculares, cambio de la estructura de las neuronas y se empieza a dar inmediatamente cuando uno codifica el evento y se hace el registro en el cerebro. Y a lo largo de las horas y de los días esa consolidación se va afianzando, se va haciendo menos lábil a interferencias. La segunda forma es cuando en ese proceso se pasa de una consolidación que era celular a una más sistémica, donde se involucran otras áreas cerebrales distintas. Cuando uno adquiere una memoria, las áreas que están más involucradas son las temporales como el hipocampo y luego la consolidación va involucrando otras áreas cerebrales como las áreas prefrontales. La consolidación se logra cuando se comienza a tener relación con ese evento y después, a lo largo de días, horas, semanas, se va afianzando. Y también los recuerdos de un evento en particular, se van conectando con otro tipo de recuerdos y así se va formando la memoria semántica, que es otro tipo de memoria declarativa, que más que recordar un evento en un tiempo y espacio determinado lo que hacemos es saber qué significa cada uno de los objetos, o situaciones con las cuales nos encontramos. Es como un diccionario.
Fuente: https://tesis.unaj.edu.ar/que-ocurre-con-la-memoria-cuando-aumenta-el-estres-en-los-y-las-jovenes/